Con
respecto a las lamentables muertes conocidas por las “manifestaciones
pacíficas” convocadas por la oposición venezolana diré lo
siguiente.
1. El joven
que falleció en Miranda (Los Teques) no estaba protestando ni
pertenecía a ningún partido político. Su padre pidió públicamente
que se dejara de vincular su muerte con la política.
2. Al joven de San Bernardino le
estaban robando su moto y por eso le dispararon. Familiares pidieron
respeto.
3. La señora a la que le lanzaron
el frasco de vidrio congelado y le partieron la cabeza, ni era
chavista ni estaba marchando, iba a comprar pan. Al parecer es una
abuela y sus dos nietos quienes están implicados en este cobarde
asesinato y crimen de odio.
4.
La joven del Táchira la asesinó un dirigente de grupo
político VenteVenezuela muy
cómodamente desde su apartamento cuando continuaba disparándole a
unos motorizados que pasaban, porque él asumía que eran colectivos
chavistas. Confesó y está preso. Todavía hay quienes siguen
mintiendo y culpando al gobierno por esto, a pesar de la confesión
del delito.
5.
Las muertes en El Valle se debieron a varias razones. Los vecinos de
la zona aseguran que los violentos no eran de allí. La matriz de que
“El Cerro bajó a saquear porque tiene hambre” se diluyó al
igual que la atención de estos hechos en las redes sociales, que
también pasaron por alto el ataque inhumano y sin sentido
al Hospital
Materno Infantil Hugo Chávez. Más
de 50 madres recién paridas tuvieron que ser evacuadas de emergencia
pero Oooppss eso no pasó o simplemente no importó.
6. El joven que falleció en
Altamira en la autopsia determinó que no fue a causa de una bomba
lacrimógena en la cabeza como todavía insisten en repetir algunos
de los dirigentes de la oposición y algunos medios de comunicación
que se han prestado a malinformar acerca de estos hechos. Siguen las
investigaciones, se presume el uso de un arma para matar ganado y con
un impacto prácticamente a quemarropa. La Guardia Nacional no es
responsable y hasta el alcalde de ese municipio ya ha declarado al
respecto.
Se mantiene un guión que ya
conocemos desde el 2002 y que no tiene un final feliz, son los mismos
pasos, no han cambiado ni una coma, hasta repiten a los mismos
actores.
Agarran de guachafita lo de las
manifestaciones, se convierte en un centro de selfies y en una
pasarela de quién se pone la mejor pinta para marchar y hasta hay
competencia por quién tiene la máscara antigas más arrecha. Su
misma gente pierde la credibilidad en los pseudo líderes que los
viven manipulando, asegurándoles una vez más que si le prenden en
fuego a la ciudad Maduro dirá: ok, bueno me voy. No es por una
pataleta ni por un berrinche de carajito malcriado que se logra un
cambio de gobierno.
¿Quién tiene los ojos cerrados?
¿Quiénes son las focas y borregos? ¿Quiénes a pesar de que salen
las pruebas, hay confesiones, investigaciones y demás siguen negando
tercamente la verdad para mantener una versión falsa ante la
atención internacional? ¿Quiénes insisten en creerse las cadenas
de guasap donde un primo del cuñado de la conserje donde vive una
amiga mía trabaja en Miraflores y me dijo que esas luces era para
que Cilia se pudiera escapar por rampa 4? ¿Quiénes son los que se
deslindan rápidamente de los actos violentos cuando se les va la
mano o se pasan de maraca con los desastres en la ciudad, pero lo que
no dicen es que son incapaces de detenerlos en el momento, por temor
a ser linchado por su misma gente? ¿quiénes participan en cuanta
paja ridícula inventa la derecha? O es que con el plantón donde
fueron a perder el día, tomar sol y jugar volleyball o dominó,
Maduro se fue?
Espero que los niveles de
conciencia y de sentido común aún anden rondando por allí y se
vuelvan tendencia en algún momento.
No quiero pensar que todos los que
participan en las manifestaciones de los últimos meses están de
acuerdo con la tala de árboles para usarlos como barricadas o que ya
tienen en sus casas preparados los frascos y botellas congeladas para
lanzarlas a los colectivos, esos mismos colectivos que antes les
tenían el mismo miedo cuando eran círculos bolivarianos y que en 18
años jamás han atacado a las urbanizaciones en donde los siguen
esperando con aceite caliente desde balcones y azoteas.
Caramba ¿será que el odio les
suprimió el razonamiento? y no les da para pensar que los Guardias
Nacionales y los Policías Nacionales Bolivarianos también son
personas, madres, padres y también quieren una mejor Venezuela para
sus hijos.
Hace
días conversaba con un gran amigo opositor que ahora vive en Panamá
y él me decía que si dejaban pasar a los que se manifiestan en
contra del gobierno no habría problemas y ahí sí sería pacífica
la marcha. Después de calmar mis ganas de meterle un lepe, le
recordé que las pocas veces que la derecha ha llegado a sus destinos
lo que ha dejado es desorden y destrucción, como cuando Gaby
Arellano fue
a decirle a la Fiscal inepta y otros improperios, los mal llamados
estudiantes, volvieron mierda la placita que estaba allí, donde
jugaban dominó algunos viejitos, los banquitos los partieron para
tener peñones que lanzar “pacíficamente” contra la fachada de
la fiscalía. Le recordé como destrozan cualquier cosa que
huela a chavismo dentro del municipio Chacao y Baruta solo porque
allí si los dejan entrar. Entonces no. No pasarán. Su odio, no
pasará. Deseo que la cordura llegue lo antes posible y se calmen las
aguas, para no tener nuevamente que hacer un listado de compatriotas
venezolanos que perdieron la vida por causa del odio.
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